¿Te has detenido alguna vez a considerar cómo los perros tienen la capacidad de convivir con una especie diferente de la suya, como nosotros? La larga historia de la domesticación del perro por parte de los humanos ha creado una relación especial en la que los perros forman grupos sociales con nosotros, lo que les permite sobrevivir en nuestro entorno. Esta relación está basada en el vínculo de apego, el cual regula una relación afectiva entre dos individuos y es la base del éxito de la convivencia entre humanos y perros.

El sistema de apego es una serie de comportamientos observables en los cachorros, como el contacto visual con los padres, el seguimiento físico y el llanto cuando la figura de apego no está disponible, entre otros. Los padres producen respuestas a estos comportamientos, como acercarse después de llorar.

El vínculo de apego tiene 5 características, las cuales fueron definidas por el psicólogo John Bowlby: efecto de base segura, clara preferencia por el cuidador, efecto refugio, comportamientos de estrés durante la separación y comportamientos específicos durante el encuentro con el cuidador. Se mencionan a continuación:

1. Efecto de base segura: si el cuidador funciona como una base segura, la persona podrá explorar un nuevo entorno sin signos de miedo y buscará su base segura como referencia.
2. El individuo debe mostrar una clara preferencia por su cuidador frente a los extraños.
3. Efecto refugio. Cuando el individuo experimenta miedo, se acercará e incluso se esconderá detrás de su figura de apego.
4. Los comportamientos de estrés deben ocurrir durante la separación de su figura de apego.
5. Deben ocurrir comportamientos específicos durante el encuentro con el cuidador (la importancia del saludo).

Estos criterios son válidos para las relaciones madre-hijo. En ellos, la figura de apego tiene mayores capacidades físicas y cognitivas, constituyendo lo que llamamos una relación de apego asimétrica.

¿Cómo son las características del apego perro-humano? El vínculo de apego entre perros y humanos es asimétrico, ya que el humano tiene mayores capacidades cognitivas y regula el acceso del perro a los recursos, pero se cumplen las 5 características del apego. Es similar al apego entre una madre y sus hijos, y las últimas investigaciones demuestran que los centros que se activan en el cerebro de los perros cuando ven a su tutor son los mismos centros que se activan en los bebés humanos cuando ven a su madre.

Dado que estas 5 características existen, ¿podemos medir el apego de manera objetiva? La psicóloga Mary Ainsworth desarrolló el Test de Situación Extraña para medir el apego. En él, un niño y su madre se encuentran en una nueva habitación en la que tienen lugar una serie de episodios predeterminados: entra un extraño; la madre deja al niño solo con el extraño; el niño se queda solo; desconocido regresa y más tarde la madre. Mediante la observación de los niños pudieron describir con éxito todos los criterios de apego, por ejemplo, que los niños jugaban más en presencia de su madre, la saludaban de manera especial y lloraban cuando se quedaban solos.

En el caso de los perros, se ha adaptado el test de situación extraña cambiando la figura del padre/madre por la del tutor, pero con un orden de episodios muy similar, y se puede demostrar que también están presentes los 5 criterios de apego en la relación canina - tutor:

• Cuando el guardián estaba presente, el perro exploró la habitación (base segura).
• El perro prefería estar más cerca del guardián que del extraño (preferencia de figura de apego y efecto refugio).
• Cuando el tutor salió de la habitación, el perro mostraba signos de estrés.
• En el reencuentro con el tutor manifestó conductas especiales de saludo.

Así, se verificó de forma objetiva que el apego entre los perros adultos y sus tutores es funcionalmente similar al de la madre y sus hijos.

Esta prueba también permite determinar diferentes tipos de apego. Un vínculo de apego disfuncional puede dar lugar a la aparición de problemas psicológicos y de comportamiento. En los humanos existen varios tipos de apego, algunos de los cuales se han extrapolado a los perros:

–Apego seguro: Individuos que muestran algún signo de estrés cuando se separan en una situación extraña pero que lo saludan cuando regresa el tutor, se calman rápidamente y vuelven a jugar/explorar. Serían guardianes que pasan tiempo de calidad con tu perro, que lo acompañan cuando explora y que son sensibles a sus necesidades, es decir, funcionan como una base segura.

–Apego ansioso: Individuos que se encuentran muy estresados en la separación y que no se calman cuando se reencuentran con el tutor. Los guardianes son inconsistentes, pueden recompensar y castigar, solo están disponibles algunas veces sin previsibilidad e inician pocas interacciones. Este tipo de apego puede estar presente en perros con problemas relacionados con la separación.

–Apego evitativo: Individuos sin signos de estrés en la separación y que no saludan al tutor en el encuentro. En los humanos, son padres fríos, que rechazan a su hijo. En los perros puede ocurrir en relaciones basadas en la autoridad y no en la cooperación. Guardianes que no entienden las necesidades de su perro.

– Apego Desorganizado: Caótico, el individuo busca y rechaza. Hay muchos comportamientos de miedo y estrés. Se trata de individuos con experiencias tempranas dolorosas o traumáticas, puede corresponder a perros maltratados.

¿Cómo conseguimos un apego seguro con nuestro perro? Debemos comportarnos como una verdadera base segura y acompañar a nuestro perro en su exploración del mundo, estar presente cuando se enfrente a nuevos acontecimientos y ser su refugio en situaciones que puedan asustarlo. Es necesario compartir tiempo de calidad juntos, en el que intentaremos hacer con nuestro perro actividades que disfrutemos los dos. Debemos comportarnos de forma predecible y coherente, de lo contrario nuestro perro no sabrá qué esperar de nosotros y puede desarrollar problemas de frustración y ansiedad. Utilice siempre técnicas de aprendizaje positivo y evite el castigo que solo deteriorará nuestro vínculo y no funcionará como una base o refugio seguro porque ¿quién querría acercarse a un refugio que lo castiga?

Fuente: GRUPO DE ESPECIALIDAD EN MEDICINA DEL COMPORTAMIENTO ANIMAL DE AVEPA

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